Buenas Inversiones

La racionalidad en los gastos como una forma de inversión

Gastá menos, comprá lo mismo.

A la hora de evaluar y elegir canales de inversión, los ahorristas, como resulta obvio, buscan posicionar sus recursos de modo tal que estos reditúen el mayor interés posible. Sin embargo, hay una pata de la mesa económica doméstica que a menudo los ahorristas ignoran: la optimización de los gastos cotidianos.

Ingresos y gastos

El balance económico de nuestra casa, al igual que cualquier otro, está compuesto por ingresos y gastos. La diferencia entre unos y otros es lo que se denomina saldo, el cual será positivo si los ingresos son mayores que los gastos, y será negativo si ocurre lo inverso. Hasta aquí, nada raro.

La obsesión económica de los ahorristas es acrecentar ese saldo positivo, o sea, que la diferencia entre ingresos y gastos sea lo mayor posible. Para lograr ese incremento en el saldo hay dos caminos. Uno es el que los ahorristas o inversionistas ven claramente: invertir el saldo en algún instrumento para que este reditúe un interés. Pero, el otro camino para incrementar el saldo positivo de nuestra economía no siempre lo vemos tan claramente, un poco por incapacidad y otro poco por falta de voluntad. Este es la reducción del gasto.

Reducir nuestros gastos significa, para la mayoría de la gente, una experiencia traumática porque se suelen asociar con la pérdida de comodidades y servicios. La mayoría de nosotros no logramos concebir la idea de que podemos pagar menos por lo que consumimos sin necesidad de dejar de consumirlo. Ese es un gran error, y sobre ello haremos foco.

¿Cómo gasto menos comprando lo mismo?

Como en este espacio hacemos hincapié en los servicios que como usuarios bancarios todos tenemos, nos referiremos a las posibilidades que los bancos nos brindan para ahorrar en nuestras compras.

Todos los bancos tienen diferentes convenios con diversos comercios (supermercados, farmacias, tiendas de ropa, etc) mediante los cuales, por lo general, realizando la compra en un día específico de la semana se obtiene un determinado porcentaje de reintegro. ¿Qué es el reintegro? Es un ahorro que te genera el banco. Al momento de pagar en el comercio se paga el 100% del valor de la compra con tarjeta de débito o crédito y luego el banco reintegra en la cuenta el porcentaje de descuento prometido.

Las promociones de reintegro van desde un 10% hasta un jugoso 50% en casos excepcionales como el del Banco Provincia en las compras de miércoles en algunos supermercados, comercio al que todos acudimos inevitablemente. Quien siendo cliente de ese banco hace sus compras mensuales otro día no está claramente en su sano juicio.

¿Estas promociones implican modificar nuestros hábitos de consumo? Poco y nada. Podemos seguir comprando lo mismo con el solo requisito de mantenernos informados de los días y lugares en que nuestro banco nos ofrece descuentos. Se requiere solo la prolijidad de, ante alguna necesidad de un producto específico, no salir corriendo a comprarlo y esperar al día correcto para hacer la compra, siempre y cuando ese artículo no sea de inevitable urgencia.

La otra gran oportunidad que ofrecen los bancos son los sistemas de puntos y canjes. Estos sistemas nos otorgan puntos por cada compra que vamos realizando con nuestras tarjetas para luego ofrecernos el canje de puntos por productos y descuentos. En los catálogos los bancos ofrecen desde chucherías hasta entradas a espectáculos y descuentos en compras en supermercados.

Al revisar los catálogos, sin embargo, hay que evitar caer en la tentación de canjear puntos por artículos inútiles que nunca hubiéramos comprado. Estos artículos, así como las entradas a espectáculos, suelen demandar más puntos, o su equivalente en dinero, que los descuentos en comercios.  Por ejemplo, una entrada a un recital que equivalga a 1500 puntos puede tener un costo en dinero de $800, mientras esos mismos 1500 puntos me pueden redituar un reintegro de $1500 si uso los puntos para obtener descuentos en reiteradas compras en supermercados. La diferencia, como ven, es mucha. Solo basta leer bien la letra chica de cada promoción y sacar las cuentas correspondientes.

Estas plataformas se encuentran disponibles en casi todos los bancos. SuperClub en Banco Santander, Quiero! en Banco Galicia, FrancesGo en Banco Frances, ICBC Club en Banco ICBC, etc. Con diferencias sutiles, todas prestan servicios bastante parecidos.

Nuestro consejo es entonces revisar los gastos cotidianos en los que incurrimos en nuestra vida diaria y ver si con las herramientas bancarias con las que contamos no podemos realizar los mismos gastos con algún tipo de descuento en algún día específico. Al hacerlo, debemos evitar canjear puntos o comprar algo que no necesitamos ni pensábamos comprar. Los resultados, lo prometemos, son considerables. Y como si ello fuera poco, lo que te ahorras lo vas a tener disponible para invertir y así multiplicarlo.

Ahorrar es también invertir. Manos a la obra!!!

Si tenés alguna duda sobre este tema contactános.