Las tasas extraordinarias que tuvimos desde mediados del 2018 están bajando rápidamente por lo que se nos presentan las últimas oportunidades para aprovecharlas.
La inestabilidad económica que sufrió la Argentina en el año 2018 arrojó como resultando, entre otros fenómenos, un aumento de las tasas de interés en busca de quitarle atractivo a la compra de dólares como canal de inversión. Ese aumento de las tasas de referencia del Banco Central tuvo su correlato (moderado) en las tasas de los plazos fijos ofrecidos por las diversas entidades financieras llegando a superar en algunos casos el inédito 50% anual.
Si nos remontamos al año 2017 las tasas usuales de los plazos fijos rondaban el 20% anual. Tomando ese dato en perspectiva y considerando la baja paulatina que están sufriendo las tasas de los plazos fijos en estos días, la constitución de un plazo fijo a más de 200 días puede resultar una alternativa inteligente.
Las tasas actuales de los plazos fijos rondan el 42% anual, con leves diferencias según el banco en el que se lo constituya. Estas tasas vienen marcando un descenso pronunciado en lo que va del año, y resultaría lógico que esa tendencia continúe en los próximos meses, buscando tasas más cercanas a los valores normales de años anteriores.
En este contexto, la concreción de un plazo fijo “largo” nos permite “congelar” esa tasa por el plazo que escojamos realizar la inversión, obteniendo un rédito mayor a si hiciéramos, por ejemplo, un plazo fijo mensual con renovación automática (capital+intereses). Este cálculo es válido siempre y cuando las tasas se comporten en los próximos meses tal como presumimos, o sea a la baja de forma pronunciada.
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